Javier Ruibal

Lo de este hombre no es normal. ¡Qué barbaridad!

La penúltima, tras el pregón de las fiestas del Carmen en Zahara de los Atunes, donde tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto gratuito, junto a su hijo a la batería y Manuel Sánchez a los teclados. Simplemente fantástico.

La última, en el Gran Teatro Falla, en Cádiz, lleno hasta la bandera, público entregado que queda admirado con el baile de Lucía Ruibal y entusiasmado con las canciones de Saturno Cabaret que cuenta en esta ocasión con Pasión Vega como invitada.

Mi paso por primaria. (2023)

Durante los primeros meses,  en mi cabeza solo sonaba: ¡Qué he hecho yo para merecer esto!, pero con el tiempo me fui adaptando.

Al finalizar sexto curso suelo pedir al alumnado que me escriba una redacción de al menos 500 palabras contando lo que para él o ella ha supuesto su paso por la primaria. Esta es la redacción de uno de ellos.

Si esta profesión es bonita, es por cosas como esta.

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Mi paso por primaria

No soy capaz de recordar gran parte de mi paso por primaria pero tengo algunos recuerdos que se me han quedado grabados en la mente.

Todavía me parece estar viendo mis primeros días en primero de primaria donde me sentía mucho más mayor y a la vez triste al saber lo mucho que me quedaba por delante.

Primero de primaria fue un curso muy llevadero y sobre todo fácil, en el que tuve como tutora a la profesora Elena que me iba a acompañar durante todo el primer ciclo.

Mi paso por segundo se me hace mucho más familiar y consigo recordar algunas cosas que afortunadamente nunca olvidaré.

Recuerdo el día en el que mi frente se estampó contra la esquina de una caja roja en la que se encuentran los extintores en caso de incendio. Esta esquina estaba justamente a la altura de mi frente y, como no, me tuve que dar con ella.

Casualmente, al muy poco tiempo, se instalaron protecciones en todas las esquinas de estos. 

Tras finalizar el primer ciclo empecé tercero, donde conocí a Benito. Durante los primeros meses,  en mi cabeza solo sonaba: ¡Qué he hecho yo para merecer esto!, pero con el tiempo me fui adaptando.

También empecé a utilizar el cuaderno, que era completamente nuevo para mí.

Este curso se vio muy afectado por la pandemia debido al covid-19. Durante estos meses no pudimos ir al colegio debido a que no podíamos salir de casa pero Benito nos presentó el blog de la clase en el que trabajábamos diferentes temas telemáticamente.

Cuarto fue un curso que también se vio afectado por la pandemia debido a que teníamos que llevar la mascarilla. En este curso trabajábamos mucho con el ordenador y aprendimos a hacer documentos, presentaciones… 

El blog también tuvo un importante papel en cuarto, aunque las clases eran presenciales.

Durante este curso fueron constantes las preguntas a Benito sobre si iba a continuar con nosotros en quinto, pero nunca daba una respuesta concreta.

Tras un corto verano para mí, llegó quinto.

Recuerdo perfectamente que un día o dos antes de empezar las clases pusieron las listas de los alumnos de cada clase y sus tutores.

Estaba bastante interesado en ver quiénes eran mis compañeros y mi tutor. En el momento en el que vi que el nombre de mi profesor era Benito, entró por mis pies un escalofrío que recorrió todo mi cuerpo hasta la cabeza. Se estaba formando dentro de mí un popurrí de emociones y de pensamientos. No sabía si esto era bueno o malo pero tras unas horas aturdido llegué a la conclusión de que era algo bueno, ya que tenía experiencia con él y este conmigo.

Quinto ha sido el curso más difícil que he tenido hasta ahora, sin embargo, también es en el que más he aprendido en todos los aspectos.

Ha sido uno de los cursos en los que más he trabajado en grupo tanto en presentaciones como en murales y trabajos físicos.

Sexto se me ha hecho como una especie de continuación de quinto en el que hemos tocado algunos temas nuevos en las matemáticas y hemos profundizado en el contenido de ciencias naturales y sociales.

Tengo que decir que Sexto ha sido mi curso favorito por encima de todos, ya que he estado en una clase que me ha parecido casi perfecta. La organización, los compañeros, el “buen rollo” que se respiraba, por así decirlo y muchas cosas más, han conseguido que esto del colegio me empezara a gustar, pero cuando menos lo esperaba, se me ha acabado.

Estoy seguro de que nunca olvidaré todas las experiencias que he vivido.

Gracias a todos los compañeros que he tenido y gracias a todos mis tutores y a todos los profesores que me han impartido clase.

Por: A G. M.  6ºA

¿Qué es un Plan de Apoyo? (1)

En las últimas convocatorias bianuales mediante las cuales se convoca procedimiento selectivo al Cuerpo de Maestros se dice, en el punto 8.1.2. Segunda prueba, que en las especialidades de PT y AL esta programación hará referencia a un plan de apoyo anual dirigido a un grupo de alumnos escolarizados en un centro de Educación Infantil, Educación Primaria o en un Centro Específico de Educación Especial.

Bien, lo primero que deberíamos tener claro es qué es un plan de apoyo, cómo se define y en qué consiste. Parece unánime la idea de que un plan de apoyo es el conjunto de medidas de atención a la diversidad, generales y específicas que se ponen a disposición del propio sistema educativo para que pueda dar una adecuada respuesta a las necesidades educativas de todo el alumnado que se encuentra escolarizado en el centro en los diferentes modelos de escolarización posibles.

Una vez definido, es momento de analizar la estructura de dicho plan. Tenemos dos opciones, una totalmente errónea basada en la consideración que esas medidas son aplicadas por un docente especialista, en este caso podríamos hablar de un PT, con lo que este profesional se convierte en el epicentro de la respuesta a la diversidad, dándole todo el protagonismo y por tanto nos basamos en sus funciones para desarrollar un índice según las mismas, o podemos hacer lo correcto, partir del alumnado al que va dirigido dicho plan. Ese es el verdadero reto. Organizar las medidas de atención a la diversidad dando el protagonismo al alumnado y las propuestas que deben ofrecerse no solo por un especialista sino por toda la comunidad. Todavía hoy muchos docentes especialistas siguen pensándose como los diseñadores de esta respuesta, como el centro neurálgico de la atención cuando lo que deberíamos tener claro es que la respuesta no la da un determinado docente, y que debe ser ofrecida por un colectivo que pasa por la tutoría, los docentes especialistas y el resto de equipo de profesionales implicados en dicho plan.

Nota para los opositores:

Tienes que tener claro que:

Lo que entregas en papel NO es lo mismo que lo que dices en tu exposición. El papel es un documento que guía tu intervención pero no debes hacer una lectura literal del mismo ni recitarlo de memoria. La función del documento es ayudar al tribunal a seguir lo que estás contando y visualizar tu discurso.

Es imposible hablar de todas las medidas de atención a la diversidad en tan poco tiempo con la profundidad necesaria. Céntrate en las medidas estrella de tu plan. No olvides que tu plan cuenta cómo se atiende a un grupo de alumnos NEAE/NEE de un centro y que concretas tu intervención en un grupito de ellos. Y ojo, esta atención se da tanto en el aula ordinaria como en otros espacios. Tú NO eres la/el protagonista del plan, no se trata de contar lo que tú haces, sino de contar cómo se organiza la respuesta. Esto es lo que diferencia a un buen plan de un plan mediocre. Los protagonistas son los alumnos y tu intervención, siendo importante, no es la única. La mayoría de los planes de apoyo cuentan la intervención del PT en un centro olvidándose del resto de profesionales que atienden la diversidad. Un alumno pasa en el centro 25 horas. Los PT podemos darle como mucho 4 o 5 sesiones de trabajo individualizado. No olvides contar qué pasa el resto del tiempo. De ahí la importancia de conocer la programación del aula donde se integra un alumno para poder adaptarla. Hay que estar al día en situaciones de aprendizaje y aulas inclusivas, por no hablar del DUA. Esto significa que el alumnado trabaja aunque tú no estés presente y como especialista debes conocer y apoyar ese trabajo. En definitiva, tú eres un agente importante de la AD pero debes considerarte como parte de una respuesta inclusiva ajustada al alumnado NEAE/NEE.

G.

Hace cinco años que volví a las clases después de haber estado trabajando para la administración educativa en la Delegación de Cádiz como coordinador del área de atención a las necesidades educativas especiales en el Equipo Técnico Provincial de Orientación Educativa y Profesional. (ETPOEP)

Cuando reingresé en el centro, se me adjudicó por parte del equipo directivo uno de los grupos de tercer curso, ya que entre su alumnado había una chica muy especial que había tenido, hasta el momento, una escolarización digamos «algo complicada» y claro, siendo el nuevo y viniendo de donde venía, pues la ecuación estaba hecha. G era/es una chica tan especial, que desde el primer momento en que tuve contacto con ella, supe que no iba a olvidarla en la vida.

G es una muchachita (ya tiene catorce años, casi quince) que tiene pasión por el baile, por las canciones de sus películas preferidas de animación, por series de dibujos animados, la película de Aladin, Vaiana, Trols, la serie de la oveja Shaun, Mr Bean, las canciones de Taylor Swift… a la que le gusta decir las cosas en inglés, repetir canciones, frases y gestos que ve en sus vídeos preferidos, pintar con témperas, los documentales sobre el cuerpo humano en los que se reconoce, jugar con tiras de papel y cuando está mal, encerrarse en el baño (necesita su tiempo), desconectar del resto del mundo y esperar.

Sabe contar números grandes. Siempre pide que pongas la fecha en la pizarra si se te ha pasado dándote los datos exactos. Conoce algunos números romanos, es capaz de leer textos, cuentos, historias… conoce músculos y huesos, los planetas, las provincias de Andalucía y casi todas las del resto de España, sabe las tablas de multiplicar por dos, tres, cinco…y resuelve problemas. Anota sus tareas en su agenda. También sabe muchas palabras en inglés y francés. Le encanta trabajar en el ordenador con el procesador de textos y materiales o fichas online y le gusta mucho dibujar siguiendo videotutoriales.

Disfruta con la comida filipina, las hamburguesas y la pizza de jamón y champiñones que descubrió siendo ya mayor, con ocho o nueve años. Con frecuencia hace deporte, baila en un grupo de danza, pasea con su familia, viaja, se reúne con amigos y amigas que también tienen algunas características parecidas, va a la playa… y este curso, creo, ha sido el curso en el que le ha gustado el primer chico, aunque ella no lo diga abiertamente. Esa sonrisa nerviosa le delata.

G es tozuda. Cuando se le mete algo en la cabeza no hay quien la pare, y querer pararla significa que vas a tener problemas con ella. Para G no hay tiempos ni horarios según esté haciendo lo que a ella le interese. A menudo gruñe (y te dice de todo menos bonito) por tener que terminar una actividad que le gusta y que hay que dejar a medias. Ella tiene que terminar lo que he empezado siempre. Lo que se sale de la rutina y de lo ordinario suele provocarle una reacción de evitación y bloqueo. Las actividades de gran grupo, los días «especiales», las excursiones, las graduaciones y fiestas de final de curso suelen generar una situación de conflicto. No le gustan. Ya no se mete debajo de la mesa para aislarse como cuando era pequeña, aunque a veces, en esas ocasiones, le gustaría hacerlo. Muchas veces te reta. Normalmente hay que cambiarle el tercio como decimos vulgarmente, para que se le pase el mal momento. Hay que conocerla.

Siempre está pendiente de lo que pasa en clase, cuando ve que a alguien se le ha caído la goma se levanta para recogerla, cuando alguien está triste ella le consuela y si algún compañero estornuda es la primera que le ofrece un klinex para que se suene mientras que le dice: -¡fuerte!

Vivimos cursos complicados. La COVID 19 tambaleó la rutina a la que nos habíamos hecho hasta entonces. Ella siguió haciendo sus tareas en casa y trabajando con su blog de tareas personalizado. La determinación de su madre fue importantísima como lo ha sido siempre. Hemos vivido diferentes etapas. En una de ellas le gustaba cantar y hacer karaoke con el micrófono en el recreo, ¡qué contenta se ponía cuando lo hacía! Ahora ya es más mayor y le da corte hacerlo. Se ha desarrollado. En esos días suele estar muy irascible. Hay que entenderla y volver a darle su tiempo.

He aprendido mucho de ella. Soy mucho mejor maestro ahora que hace unos años. Tengo más paciencia y lo relativizo todo. Ahora entiendo que cada reacción, cada conducta, tiene una razón y que a veces, conocer esas razones dan la solución a pequeñas y grandes crisis de comportamiento.

G ha provocado un efecto en el grupo muy potente, ha hecho que tanto chicas como chicos de la clase entiendan las diferencias como algo natural, se han convertido en una generación totalmente inclusiva y estoy seguro de que van a luchar por la igualdad, como ya lo hacen, gracias a que han coincidido con ella. Su presencia nos ha beneficiado y enriquecido. Por eso no entienden que ahora sus caminos se separen. Por eso no pueden entender que el instituto al que la mayoría va, no sea un centro que pueda acoger a su compañera.

Espero que la nueva etapa que se inicia el curso que viene traiga muchas cosas buenas a G y a su familia. Se lo merecen, de verdad. Su madre y su padre son unos luchadores inmensos y estoy seguro que seguirán apostando por darle todo cuanto esté en su mano.

Hace unos días me dio un beso y un abrazo que sonaban a despedida. Nunca me había sentido más orgulloso, más contento y más triste a la vez. Después de cuatro cursos intensos, hoy G deja de ser mi alumna, se va a otro centro donde vivirá nuevas aventuras.

¿Pesimista?

Hace un par de meses tuve el enorme placer de ser invitado a una mesa redonda, donde estaban representados todos los sectores de la comunidad educativa, acerca de la inclusión. Yo representaba al sector del profesorado que atiende alumnado con necesidades educativas especiales en el aula en centros públicos. Me acompañaban en la mesa profesionales de los equipos de orientación, personal de la administración educativa, asociaciones, familias… todo ello en el marco de las III jornadas sobre inclusión «Con otra mirada» celebradas en el CEP de Cádiz.

Con anterioridad a la mesa de debate habíamos asistido a ponencias durante varios días, en las que se había hablado de experiencias concretas sobre el trabajo inclusivo de diferentes centros, profesionales de diversos ámbitos, profesorado universitario… todas bastante interesantes y enriquecedoras. Una pena la escasa asistencia a las mismas. No se si hemos llegado a un total de treinta personas las que hemos participado de los talleres y charlas.

Cuando se me preguntó sobre el presente y futuro de la inclusión no tuve más remedio que dar mi «pesimista» impresión de lo que hasta ahora viene siendo la educación especial y la integración en nuestro sistema educativo.

Si, creo que no hemos avanzado mucho. Comencé diciendo que llevamos más de cuarenta años enfrentándonos al verdadero reto del sistema educativo, la integración, y que no hemos avanzado gran cosa.

Es verdad que existen intentos que no dejan de estar basados en esfuerzos personales de docentes implicados muy valiosos, pero no hay una cultura de la inclusión. Todos aspiramos a librarnos de tener en clase a este tipo de alumnado. Mientras debatíamos sobre lo bonita y lo gratificante que era la idea de inclusión en las aulas, las bondades del DUA, (hemos vuelto a descubrir la pólvora) la realidad se empeñaba en llevarnos la contraria. En ese momento, los claustros de la inmensa mayoría de los centros educativos andaluces estudian la elección del libro de texto, (no se me ocurre ninguna actividad menos inclusiva por parte de un claustro de profesores que esta), seguimos apostando desde la administración por los centros bilingües (ya sabemos que un centro bilingüe y un centro que atiende a la diversidad no son precisamente la misma cosa, salvo excepciones) y entre otras experiencias inclusivas hablamos de los programas de tránsito a secundaria, donde los «imbéciles» (nótese el tono irónico) de los docentes de primer curso de esta etapa no están preparados, según las opiniones de las personas que hacen los dictámenes de escolarización y sociedad en general, para recibir a alumnos/as con necesidades educativas especiales por discapacidad intelectual y claro, lo mejor es que después de habernos partido la cara en la inclusión de los mismos, ahora que van a un instituto no lo hagan con su grupo de compañeros y se les destine a un aula específica.

Ya sabemos que los intereses de estos chicos en tres meses (lo que va de junio a septiembre) van a cambiar tanto que no van a tener nada que ver con los que tienen en primaria, (sigo usando la ironía) que las clases en esta nueva etapa son diferentes, que la tutoría que se ha llevado a cabo en primaria no es posible en secundaria y que claro, en el instituto van a estar abandonados. Mejor pensar en ellos (supongo que no como hasta ahora) y dirigirles a las aulas específicas donde sí estarán atendidos.

No puede haber una frase más demoledora sobre el fracaso de la inclusión en nuestro sistema, sobre el programa de tránsito y sobre la formación docente. Es tristísimo que tenga una gran parte de verdad.

Podrían volver a preguntarnos ahora, ni dos meses han pasado, tanto a mí como a la madre de la alumna con S. Down que habiendo estado integrada en centro público en primaria, el curso que viene va a aula específica. Seguramente daríamos una respuesta menos suave de la que dimos.

Cuatroemes

Ha llegado el momento de hacer público un proyecto que creo que no terminaré en mucho tiempo.

Cuatroemes es un proyecto personal en el que intento recoger las actividades y materiales que he ido creando para mis clases y que estaban dirigidas inicialmente para un alumnado concreto pero entiendo que pueden servir de ayuda a otros docentes en activo o en formación, familias, alumnado de otros centros…

Espero que sea de utilidad.

Mallorca. Junio-2022

Bonita isla. Muy atractiva la visita al centro de Palma. Su Catedral es impresionante. Desde su mirador se tiene una vista espléndida de gran parte de la ciudad. Las calas maravillosas y la visita a Soller en la Sierra de Tramontana es obligada. Desde allí se puede acceder a la Cala de Sa Calobra. Eso sí, la carretera tiene castaña.

El problema es la masificación y los precios. No es aconsejable la visita a las cuevas del Drach, en Portocristo, en julio ni agosto. Aunque son preciosas, su precio es demasiado elevado para una visita en la que entramos como borregos que debían cumplir un horario. Desde mi modesto punto de vista, se montan grupos demasiado numerosos en cada turno. Un consejo, compra las entradas con anterioridad si decides realizar la visita.

Nos alojamos en el hotel D´ or. Un hotel familiar y cómodo. Muy recomendable. Una de las mejores cosas que puedes hacer en Cala D´or es visitar sus calas, como Cala Ferrera, y comer la paella mixta del restaurante Ca´n Trompé.

Paella mixta del restaurante Ca´n Trompé, en Cala D´or. ¡Excelente!

Son rumores

La selección del profesorado se hace a dedo. Las entrevistas, si las hay, son realizadas por alguien que ostenta el «poder» en el centro o congregación y los criterios de selección son propuestos de una manera muy particular. Nada de oposición en igualdad de condiciones. Eso se queda para los de la pública.

Las familias y alumnado de otras religiones, evidentemente, en centros que pertenecen a congregaciones religiosas, no existen. Esos, mejor que vayan a la pública…

Las familias de bajo nivel económico no pueden responder a las demandas de cuotas «voluntarias» que se establecen con el AMPA, uniforme, actividades extraescolares, servicios de comedor, refuerzo, aportaciones para la instalación de una sala de ordenadores, para la renovación del escenario o para la ofrenda a la patrona. Los que no tengan recursos para estas cosas que se queden en la pública.

La compra de materiales y libros, la del uniforme… se hacen en establecimientos determinados a un precio fijado que suele ser excluyente. Los que no cumplan con estas «imposiciones», a la pública.

Las plazas del profesorado no salen a concurso, es decir, el profesorado de estos centros no se ha «pateado» media comunidad o provincia de un centro a otros ni se ha «comido» las interinidades previas y normales a la obtención de la plaza mediante oposición. ¿Y si las plazas de los centros concertados se incluyesen en las plazas por las que optar en los concursillos? ¿Se imaginan que estas plazas pudieran solicitarse por profesorado con más tiempo de servicio que los docentes que las ocupan? ¿No estamos aportando entre todos el dinero para sus sueldos y para el mantenimiento de estos centros?

La clientela es seleccionada por muchos criterios. Ni que decir tiene que el alumnado NEAE/NEE no tiene sitio en estos centros. Eso si, muchos centros concertados tienen gruesas listas de alumnado con «dificultades» que se suelen diagnosticar como TDAH y dislexias, pero esto requiere de otro post mucho más extenso.

Es verdad que hay centros concertados que hacen una labor inmensa, algunos de ellos de Educación Especial y cubren un espacio que la administración no atiende. Dicho esto, los conciertos educativos hoy en día no pueden sostenerse. Pagamos con dinero público el «derecho» de unos cuantos a ir a escuelas concretas que seleccionan, segregan y excluyen y todo eso, no está bonito.

Zahara 2020

Ahí está, esta vez sin atascos, sin tumultos, sin agobios.

A estas alturas, en años anteriores, este fin de semana habría estado abarrotada, los negocios abiertos a pleno rendimiento, moteros comiendo paellas, familias en la playa, todos los hoteles, casas rurales y apartamentos reservados y encontrar aparcamiento hubiera costado lo suyo.

Una pena. Los negocios esperan a los turistas, los nacionales, los de siempre, sevillanos, madrileños habituales, extremeños… Los pocos gaditanos que por el momento podemos pasearla la estamos disfrutando. Hablamos con los vecinos y decimos medio en broma y para nosotros que nos la dejen así, que esta calma es una bendición… pero la ruina que se ha instalado en el pueblo es grande. Los negocios apuran su puesta a punto con la intención de salvar lo que puedan de la temporada. Hoteles en reformas, chiringuitos a medio abrir y calles vacías…