No es mi intención ser negativo. Soy un enamorado de Puerto Real y de la forma de vivir que aquí se puede disfrutar. Por eso me duele y denuncio. Me da mucha pena que las posibilidades que tenemos para ser el centro de comunicaciones y por tanto, un núcleo económico fundamental de la provincia, no se aproveche y sigamos estancados.
Esta es una muestra fotográfica del estado actual de Puerto Real breve y sencilla, que tiene una validez muy limitada, pero que da idea de las realidades que nos quedan frente a las grandes promesas de sueños imposibles que algunos partidos nos querían vender hace poco más de tres meses, cuando hablaban de piscinas de agua salada y construcciones de puertos, aparcamientos… basándose en el modelo del ladrillo que ha fracasado estrepitosamente y que nos ha llevado al lugar donde estamos.
Instalaciones de la piscina municipal de Puerto Real.
Contenedor de la calle Rosario. Reciclado de aceite.
Es una situación difícil. Es complicado mantener las pocas cosas que nos van quedando (ya no solo el pequeño comercio, incluso grandes marcas como Lidl o Kiddy´s Class han cerrado sus establecimientos en la localidad) sino que es fácil entrar en un círculo vicioso en el que ante la dejadez y la suciedad, unidas a la falta de recursos por una deuda que nos asfixia, provocan la huida de posible inversores, la falta de compromiso con la ciudad por parte de sus propios habitantes, el abandono del escaso turismo que podemos estar recibiendo y la marcha de nuestros jóvenes hacia otros lugares de ocio y diversión.
Se hace necesario que retomemos el pulso de una localidad que se ha abandonado a su suerte por parte de los últimos gobernantes y que seamos los ciudadanos los que apoyemos el resurgir de nuestras calles y barrios. Tenemos que hacer lo imposible por cuidar nuestra imagen, por apostar por nuestro futuro y por el de nuestros hijos e hijas y para ello es vital que se reanuden eventos deportivos y culturales que sirvan de abanderados del cambio social como por ejemplo, torneos internacionales de ajedrez, semanas culturales, teatro en la calle, competiciones de primer nivel como pueden ser las regatas a celebrar en nuestra bahía y explotación de recursos de la llamada economía verde. El proyecto de peatonalización del centro puede ser una solución parcial que reactive esa zona, pero se necesita un proyecto a mayor escala con varios frentes abiertos. Tenemos que retomar la iniciativa y mediante el asociacionismo y la vida en los barrios, mejorar las perspectivas sociales y económicas de Puerto Real y para eso, la ciudadanía debe comprometerse.