Hace ya unos meses tuve la oportunidad de encabezar la lista de UPyD como alcaldable en las elecciones municipales de 2015 por Puerto Real. En algunos foros y debates que pude mantener con mis vecinos, insistí en intentar hacerles llegar el mensaje que nuestro programa electoral tenía recogido y la manera en que queríamos hacerlo aplicar si los ciudadanos nos daban su voto.
Por lo que pude observar, la mayoría de los partidos políticos siguen pensando en hacer la vieja política, (política que sigue teniendo sus defensores a la vista de los resultados electorales) la política desfasada, no tanto por el mensaje o los proyectos en sí, sino por la forma en que querían ponerlo en marcha atribuyéndose la razón absoluta frente a la inexperiencia, estupidez o mala intención que les suponen siempre a los otros partidos. Es una política de enfrentamiento y no de entendimiento, y por desgracia en multitud de partidos, basada en la construcción, en el megadesarrollo de piscinas de agua salada, construcciones de complejos deportivos… cuando la mayoría de los problemas de los ciudadanos no van en esa línea, sino en solventar las necesidades más básicas como la limpieza, la seguridad, la protección del pequeño comercio local… atosigados además por las carencias en materia económica.
Hoy en día, a nivel local, las diferentes visiones sobre cómo hacer política podrían limitarse a tres, que básicamente, resumo así:
1. La política que te viene impuesta desde fuera. Es la política basada en cifras. Son los grandes datos económicos los que mandan y los que son el origen de la aplicación de unas medidas concretas casi siempre relacionadas con el déficit, la deuda…. es lo que todos hemos oído alguna vez como las condiciones que la Troika le impone a tal país como base de su rescate…. y que suele tener consecuencias trágicas para la población y los servicios sociales. Esta es la situación a la que un desastroso gobierno en cuanto a la gestión económica nos puede llevar como parece que es el caso.
2. La política hecha por partidos que tienen, por supuesto, las soluciones únicas y mejores para los problemas de los ciudadanos. Es llamativo ver cómo la propuesta que se tiene para reactivar una zona, barrio… del municipio es la única posible en cada partido y nunca otra propuesta es aceptable del todo, eso sería dar la razón a otra formación y en política eso no se lleva. Siempre, los equipos de cada partido han estudiado las posibilidades existentes y no hay mejor solución que la que se le ha ocurrido a ellos. Los demás, ya se sabe, no entienden de esto o proponen cosas disparatadas.
Basta echar un vistazo a los programas electorales de cada partido (de los que los tengan a disposición del vecino, que esa es otra, ni IU, ni Partido Andalucista los tenían activados en sus páginas web…) para evidenciar coincidencias en las actuaciones e ideas, incluso en dos formaciones tan separadas en lo ideológico como podemos y el partido popular. Algunos programas están calcados respecto a las actuaciones en zonas concretas o respecto a la visión de las soluciones a aportar en tal o cual asunto. Por ejemplo, los programas de Equo, PP y de Podemos tienen muchas coincidencias «casi» perfectas.
De ahí que defendamos, como hemos hecho siempre, una política de pactos puntuales y acuerdos concretos.
3. La política hecha no para los ciudadanos, sino con los ciudadanos. Las políticas participativas que se apartan del ladrillo y los megaproyectos para ir al asunto concreto y cercano. Muchos ayuntamientos de grandes ciudades están proponiendo esta forma de hacer con los denominados presupuestos participativos. Algo que por desgracia, está muy alejado de la realidad de Puerto Real.