Javier Ruibal

Lo de este hombre no es normal. ¡Qué barbaridad!

La penúltima, tras el pregón de las fiestas del Carmen en Zahara de los Atunes, donde tuvimos la oportunidad de asistir a un concierto gratuito, junto a su hijo a la batería y Manuel Sánchez a los teclados. Simplemente fantástico.

La última, en el Gran Teatro Falla, en Cádiz, lleno hasta la bandera, público entregado que queda admirado con el baile de Lucía Ruibal y entusiasmado con las canciones de Saturno Cabaret que cuenta en esta ocasión con Pasión Vega como invitada.

¿Qué es un Plan de Apoyo? (1)

En las últimas convocatorias bianuales mediante las cuales se convoca procedimiento selectivo al Cuerpo de Maestros se dice, en el punto 8.1.2. Segunda prueba, que en las especialidades de PT y AL esta programación hará referencia a un plan de apoyo anual dirigido a un grupo de alumnos escolarizados en un centro de Educación Infantil, Educación Primaria o en un Centro Específico de Educación Especial.

Bien, lo primero que deberíamos tener claro es qué es un plan de apoyo, cómo se define y en qué consiste. Parece unánime la idea de que un plan de apoyo es el conjunto de medidas de atención a la diversidad, generales y específicas que se ponen a disposición del propio sistema educativo para que pueda dar una adecuada respuesta a las necesidades educativas de todo el alumnado que se encuentra escolarizado en el centro en los diferentes modelos de escolarización posibles.

Una vez definido, es momento de analizar la estructura de dicho plan. Tenemos dos opciones, una totalmente errónea basada en la consideración que esas medidas son aplicadas por un docente especialista, en este caso podríamos hablar de un PT, con lo que este profesional se convierte en el epicentro de la respuesta a la diversidad, dándole todo el protagonismo y por tanto nos basamos en sus funciones para desarrollar un índice según las mismas, o podemos hacer lo correcto, partir del alumnado al que va dirigido dicho plan. Ese es el verdadero reto. Organizar las medidas de atención a la diversidad dando el protagonismo al alumnado y las propuestas que deben ofrecerse no solo por un especialista sino por toda la comunidad. Todavía hoy muchos docentes especialistas siguen pensándose como los diseñadores de esta respuesta, como el centro neurálgico de la atención cuando lo que deberíamos tener claro es que la respuesta no la da un determinado docente, y que debe ser ofrecida por un colectivo que pasa por la tutoría, los docentes especialistas y el resto de equipo de profesionales implicados en dicho plan.

Nota para los opositores:

Tienes que tener claro que:

Lo que entregas en papel NO es lo mismo que lo que dices en tu exposición. El papel es un documento que guía tu intervención pero no debes hacer una lectura literal del mismo ni recitarlo de memoria. La función del documento es ayudar al tribunal a seguir lo que estás contando y visualizar tu discurso.

Es imposible hablar de todas las medidas de atención a la diversidad en tan poco tiempo con la profundidad necesaria. Céntrate en las medidas estrella de tu plan. No olvides que tu plan cuenta cómo se atiende a un grupo de alumnos NEAE/NEE de un centro y que concretas tu intervención en un grupito de ellos. Y ojo, esta atención se da tanto en el aula ordinaria como en otros espacios. Tú NO eres la/el protagonista del plan, no se trata de contar lo que tú haces, sino de contar cómo se organiza la respuesta. Esto es lo que diferencia a un buen plan de un plan mediocre. Los protagonistas son los alumnos y tu intervención, siendo importante, no es la única. La mayoría de los planes de apoyo cuentan la intervención del PT en un centro olvidándose del resto de profesionales que atienden la diversidad. Un alumno pasa en el centro 25 horas. Los PT podemos darle como mucho 4 o 5 sesiones de trabajo individualizado. No olvides contar qué pasa el resto del tiempo. De ahí la importancia de conocer la programación del aula donde se integra un alumno para poder adaptarla. Hay que estar al día en situaciones de aprendizaje y aulas inclusivas, por no hablar del DUA. Esto significa que el alumnado trabaja aunque tú no estés presente y como especialista debes conocer y apoyar ese trabajo. En definitiva, tú eres un agente importante de la AD pero debes considerarte como parte de una respuesta inclusiva ajustada al alumnado NEAE/NEE.

G.

Hace cinco años que volví a las clases después de haber estado trabajando para la administración educativa en la Delegación de Cádiz como coordinador del área de atención a las necesidades educativas especiales en el Equipo Técnico Provincial de Orientación Educativa y Profesional. (ETPOEP)

Cuando reingresé en el centro, se me adjudicó por parte del equipo directivo uno de los grupos de tercer curso, ya que entre su alumnado había una chica muy especial que había tenido, hasta el momento, una escolarización digamos «algo complicada» y claro, siendo el nuevo y viniendo de donde venía, pues la ecuación estaba hecha. G era/es una chica tan especial, que desde el primer momento en que tuve contacto con ella, supe que no iba a olvidarla en la vida.

G es una muchachita (ya tiene catorce años, casi quince) que tiene pasión por el baile, por las canciones de sus películas preferidas de animación, por series de dibujos animados, la película de Aladin, Vaiana, Trols, la serie de la oveja Shaun, Mr Bean, las canciones de Taylor Swift… a la que le gusta decir las cosas en inglés, repetir canciones, frases y gestos que ve en sus vídeos preferidos, pintar con témperas, los documentales sobre el cuerpo humano en los que se reconoce, jugar con tiras de papel y cuando está mal, encerrarse en el baño (necesita su tiempo), desconectar del resto del mundo y esperar.

Sabe contar números grandes. Siempre pide que pongas la fecha en la pizarra si se te ha pasado dándote los datos exactos. Conoce algunos números romanos, es capaz de leer textos, cuentos, historias… conoce músculos y huesos, los planetas, las provincias de Andalucía y casi todas las del resto de España, sabe las tablas de multiplicar por dos, tres, cinco…y resuelve problemas. Anota sus tareas en su agenda. También sabe muchas palabras en inglés y francés. Le encanta trabajar en el ordenador con el procesador de textos y materiales o fichas online y le gusta mucho dibujar siguiendo videotutoriales.

Disfruta con la comida filipina, las hamburguesas y la pizza de jamón y champiñones que descubrió siendo ya mayor, con ocho o nueve años. Con frecuencia hace deporte, baila en un grupo de danza, pasea con su familia, viaja, se reúne con amigos y amigas que también tienen algunas características parecidas, va a la playa… y este curso, creo, ha sido el curso en el que le ha gustado el primer chico, aunque ella no lo diga abiertamente. Esa sonrisa nerviosa le delata.

G es tozuda. Cuando se le mete algo en la cabeza no hay quien la pare, y querer pararla significa que vas a tener problemas con ella. Para G no hay tiempos ni horarios según esté haciendo lo que a ella le interese. A menudo gruñe (y te dice de todo menos bonito) por tener que terminar una actividad que le gusta y que hay que dejar a medias. Ella tiene que terminar lo que he empezado siempre. Lo que se sale de la rutina y de lo ordinario suele provocarle una reacción de evitación y bloqueo. Las actividades de gran grupo, los días «especiales», las excursiones, las graduaciones y fiestas de final de curso suelen generar una situación de conflicto. No le gustan. Ya no se mete debajo de la mesa para aislarse como cuando era pequeña, aunque a veces, en esas ocasiones, le gustaría hacerlo. Muchas veces te reta. Normalmente hay que cambiarle el tercio como decimos vulgarmente, para que se le pase el mal momento. Hay que conocerla.

Siempre está pendiente de lo que pasa en clase, cuando ve que a alguien se le ha caído la goma se levanta para recogerla, cuando alguien está triste ella le consuela y si algún compañero estornuda es la primera que le ofrece un klinex para que se suene mientras que le dice: -¡fuerte!

Vivimos cursos complicados. La COVID 19 tambaleó la rutina a la que nos habíamos hecho hasta entonces. Ella siguió haciendo sus tareas en casa y trabajando con su blog de tareas personalizado. La determinación de su madre fue importantísima como lo ha sido siempre. Hemos vivido diferentes etapas. En una de ellas le gustaba cantar y hacer karaoke con el micrófono en el recreo, ¡qué contenta se ponía cuando lo hacía! Ahora ya es más mayor y le da corte hacerlo. Se ha desarrollado. En esos días suele estar muy irascible. Hay que entenderla y volver a darle su tiempo.

He aprendido mucho de ella. Soy mucho mejor maestro ahora que hace unos años. Tengo más paciencia y lo relativizo todo. Ahora entiendo que cada reacción, cada conducta, tiene una razón y que a veces, conocer esas razones dan la solución a pequeñas y grandes crisis de comportamiento.

G ha provocado un efecto en el grupo muy potente, ha hecho que tanto chicas como chicos de la clase entiendan las diferencias como algo natural, se han convertido en una generación totalmente inclusiva y estoy seguro de que van a luchar por la igualdad, como ya lo hacen, gracias a que han coincidido con ella. Su presencia nos ha beneficiado y enriquecido. Por eso no entienden que ahora sus caminos se separen. Por eso no pueden entender que el instituto al que la mayoría va, no sea un centro que pueda acoger a su compañera.

Espero que la nueva etapa que se inicia el curso que viene traiga muchas cosas buenas a G y a su familia. Se lo merecen, de verdad. Su madre y su padre son unos luchadores inmensos y estoy seguro que seguirán apostando por darle todo cuanto esté en su mano.

Hace unos días me dio un beso y un abrazo que sonaban a despedida. Nunca me había sentido más orgulloso, más contento y más triste a la vez. Después de cuatro cursos intensos, hoy G deja de ser mi alumna, se va a otro centro donde vivirá nuevas aventuras.

¿Pesimista?

Hace un par de meses tuve el enorme placer de ser invitado a una mesa redonda, donde estaban representados todos los sectores de la comunidad educativa, acerca de la inclusión. Yo representaba al sector del profesorado que atiende alumnado con necesidades educativas especiales en el aula en centros públicos. Me acompañaban en la mesa profesionales de los equipos de orientación, personal de la administración educativa, asociaciones, familias… todo ello en el marco de las III jornadas sobre inclusión «Con otra mirada» celebradas en el CEP de Cádiz.

Con anterioridad a la mesa de debate habíamos asistido a ponencias durante varios días, en las que se había hablado de experiencias concretas sobre el trabajo inclusivo de diferentes centros, profesionales de diversos ámbitos, profesorado universitario… todas bastante interesantes y enriquecedoras. Una pena la escasa asistencia a las mismas. No se si hemos llegado a un total de treinta personas las que hemos participado de los talleres y charlas.

Cuando se me preguntó sobre el presente y futuro de la inclusión no tuve más remedio que dar mi «pesimista» impresión de lo que hasta ahora viene siendo la educación especial y la integración en nuestro sistema educativo.

Si, creo que no hemos avanzado mucho. Comencé diciendo que llevamos más de cuarenta años enfrentándonos al verdadero reto del sistema educativo, la integración, y que no hemos avanzado gran cosa.

Es verdad que existen intentos que no dejan de estar basados en esfuerzos personales de docentes implicados muy valiosos, pero no hay una cultura de la inclusión. Todos aspiramos a librarnos de tener en clase a este tipo de alumnado. Mientras debatíamos sobre lo bonita y lo gratificante que era la idea de inclusión en las aulas, las bondades del DUA, (hemos vuelto a descubrir la pólvora) la realidad se empeñaba en llevarnos la contraria. En ese momento, los claustros de la inmensa mayoría de los centros educativos andaluces estudian la elección del libro de texto, (no se me ocurre ninguna actividad menos inclusiva por parte de un claustro de profesores que esta), seguimos apostando desde la administración por los centros bilingües (ya sabemos que un centro bilingüe y un centro que atiende a la diversidad no son precisamente la misma cosa, salvo excepciones) y entre otras experiencias inclusivas hablamos de los programas de tránsito a secundaria, donde los «imbéciles» (nótese el tono irónico) de los docentes de primer curso de esta etapa no están preparados, según las opiniones de las personas que hacen los dictámenes de escolarización y sociedad en general, para recibir a alumnos/as con necesidades educativas especiales por discapacidad intelectual y claro, lo mejor es que después de habernos partido la cara en la inclusión de los mismos, ahora que van a un instituto no lo hagan con su grupo de compañeros y se les destine a un aula específica.

Ya sabemos que los intereses de estos chicos en tres meses (lo que va de junio a septiembre) van a cambiar tanto que no van a tener nada que ver con los que tienen en primaria, (sigo usando la ironía) que las clases en esta nueva etapa son diferentes, que la tutoría que se ha llevado a cabo en primaria no es posible en secundaria y que claro, en el instituto van a estar abandonados. Mejor pensar en ellos (supongo que no como hasta ahora) y dirigirles a las aulas específicas donde sí estarán atendidos.

No puede haber una frase más demoledora sobre el fracaso de la inclusión en nuestro sistema, sobre el programa de tránsito y sobre la formación docente. Es tristísimo que tenga una gran parte de verdad.

Podrían volver a preguntarnos ahora, ni dos meses han pasado, tanto a mí como a la madre de la alumna con S. Down que habiendo estado integrada en centro público en primaria, el curso que viene va a aula específica. Seguramente daríamos una respuesta menos suave de la que dimos.

Cuatroemes

Ha llegado el momento de hacer público un proyecto que creo que no terminaré en mucho tiempo.

Cuatroemes es un proyecto personal en el que intento recoger las actividades y materiales que he ido creando para mis clases y que estaban dirigidas inicialmente para un alumnado concreto pero entiendo que pueden servir de ayuda a otros docentes en activo o en formación, familias, alumnado de otros centros…

Espero que sea de utilidad.

Mallorca. Junio-2022

Bonita isla. Muy atractiva la visita al centro de Palma. Su Catedral es impresionante. Desde su mirador se tiene una vista espléndida de gran parte de la ciudad. Las calas maravillosas y la visita a Soller en la Sierra de Tramontana es obligada. Desde allí se puede acceder a la Cala de Sa Calobra. Eso sí, la carretera tiene castaña.

El problema es la masificación y los precios. No es aconsejable la visita a las cuevas del Drach, en Portocristo, en julio ni agosto. Aunque son preciosas, su precio es demasiado elevado para una visita en la que entramos como borregos que debían cumplir un horario. Desde mi modesto punto de vista, se montan grupos demasiado numerosos en cada turno. Un consejo, compra las entradas con anterioridad si decides realizar la visita.

Nos alojamos en el hotel D´ or. Un hotel familiar y cómodo. Muy recomendable. Una de las mejores cosas que puedes hacer en Cala D´or es visitar sus calas, como Cala Ferrera, y comer la paella mixta del restaurante Ca´n Trompé.

Paella mixta del restaurante Ca´n Trompé, en Cala D´or. ¡Excelente!

Son rumores

La selección del profesorado se hace a dedo. Las entrevistas, si las hay, son realizadas por alguien que ostenta el «poder» en el centro o congregación y los criterios de selección son propuestos de una manera muy particular. Nada de oposición en igualdad de condiciones. Eso se queda para los de la pública.

Las familias y alumnado de otras religiones, evidentemente, en centros que pertenecen a congregaciones religiosas, no existen. Esos, mejor que vayan a la pública…

Las familias de bajo nivel económico no pueden responder a las demandas de cuotas «voluntarias» que se establecen con el AMPA, uniforme, actividades extraescolares, servicios de comedor, refuerzo, aportaciones para la instalación de una sala de ordenadores, para la renovación del escenario o para la ofrenda a la patrona. Los que no tengan recursos para estas cosas que se queden en la pública.

La compra de materiales y libros, la del uniforme… se hacen en establecimientos determinados a un precio fijado que suele ser excluyente. Los que no cumplan con estas «imposiciones», a la pública.

Las plazas del profesorado no salen a concurso, es decir, el profesorado de estos centros no se ha «pateado» media comunidad o provincia de un centro a otros ni se ha «comido» las interinidades previas y normales a la obtención de la plaza mediante oposición. ¿Y si las plazas de los centros concertados se incluyesen en las plazas por las que optar en los concursillos? ¿Se imaginan que estas plazas pudieran solicitarse por profesorado con más tiempo de servicio que los docentes que las ocupan? ¿No estamos aportando entre todos el dinero para sus sueldos y para el mantenimiento de estos centros?

La clientela es seleccionada por muchos criterios. Ni que decir tiene que el alumnado NEAE/NEE no tiene sitio en estos centros. Eso si, muchos centros concertados tienen gruesas listas de alumnado con «dificultades» que se suelen diagnosticar como TDAH y dislexias, pero esto requiere de otro post mucho más extenso.

Es verdad que hay centros concertados que hacen una labor inmensa, algunos de ellos de Educación Especial y cubren un espacio que la administración no atiende. Dicho esto, los conciertos educativos hoy en día no pueden sostenerse. Pagamos con dinero público el «derecho» de unos cuantos a ir a escuelas concretas que seleccionan, segregan y excluyen y todo eso, no está bonito.

Zahara 2020

Ahí está, esta vez sin atascos, sin tumultos, sin agobios.

A estas alturas, en años anteriores, este fin de semana habría estado abarrotada, los negocios abiertos a pleno rendimiento, moteros comiendo paellas, familias en la playa, todos los hoteles, casas rurales y apartamentos reservados y encontrar aparcamiento hubiera costado lo suyo.

Una pena. Los negocios esperan a los turistas, los nacionales, los de siempre, sevillanos, madrileños habituales, extremeños… Los pocos gaditanos que por el momento podemos pasearla la estamos disfrutando. Hablamos con los vecinos y decimos medio en broma y para nosotros que nos la dejen así, que esta calma es una bendición… pero la ruina que se ha instalado en el pueblo es grande. Los negocios apuran su puesta a punto con la intención de salvar lo que puedan de la temporada. Hoteles en reformas, chiringuitos a medio abrir y calles vacías…

Campo a través

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La peña «Amigos del Jamón 5 Jotas» ha decidido en las últimas votaciones, elegir a un grupo de socios nuevo como Junta Directiva después de que el anterior equipo hubiera metido la pata en más de una ocasión en diferentes temas.  La peña se ha puesto en manos de gente inexperta en la gestión, gente que hasta ahora se había dedicado a la ruptura y la crítica al equipo dirigente que a hacer propuestas reales. El presidente no tiene el apoyo ni tan siquiera de gran parte de su equipo, que lo critica a sus espaldas. Esto, que es sabido por todos, ha provocado en varios socios mucho recelo, e incluso ha surgido un grupo de gente en la misma peña que piensa que hay que romper la baraja y empezar con un juego distinto, porque este planteamiento no es el mejor para poder llevarles por buen camino. Otros socios plantean la creación de una peña nueva, diferente a la peña original, basándose en la idea de que así se gobernarán mejor y no tendrán que aguantar la carga de socios con los que repartir entradas o compartir espacios reservados, y no tendrán influencias de los socios que pertenecen desde hace tiempo, a la asociación primitiva. Estos socios «díscolos» siguen estando presentes, apoyando a la nueva junta, lo que les hace tener algunas ventajas respecto al resto, como acceso a las localidades «premiun» en eventos como «La cata de Jamón» o en los concursos y ferias nacionales. Se les critica, con razón, que aquello que criticaban antes, ha pasado a un segundo plano. En los últimos meses, algunos socios se han declarado «vegetarianos» y según dicen, están dispuestos a luchar porque sus derechos se contemplen al mismo nivel que los del resto.

La inmensa mayoría de los socios asiste atónita a las luchas internas, a la radicalización de posturas, al arrojarse mierda entre unos y otros  y a los enfrentamientos entre grupos de socios que están más preocupados por ocupar puestos en la junta que por el bien común de la peña.

El caso es que se decide iniciar un viaje llevando a todos los socios a una gran muestra de Jamón que se va a celebrar en breve. Se considera que es una oportunidad para que la peña viva tiempos mejores e incluso solvente algunos problemas que viene arrastrando en los últimos años.

La nueva Junta intenta organizar un plan de viaje. Transportar a todos es difícil y el camino presenta varias pendientes y carreteras secundarias que son complicadas. Aun así, se inicia el recorrido con muchas discusiones acerca de la conveniencia de que sean unos u otros quienes coordinen los itinerarios, las paradas…

La peña dispone de abundantes recursos propios. Es una peña con gran potencial, con una gran historia y con unos socios muy capaces cuando se unen en una iniciativa, hasta disponen de autobuses para sus viajes y reuniones. Los autobuses donde viajan son variados, algunos modernos, relucientes y otros viejos, donde el motor al rodar chirría y en los que hubiera venido bien arreglar las deficiencias antes de plantear otros gastos. Todos son conscientes de que hay que invertir en las piezas fundamentales del engranaje, aunque se ha decidido en ocasiones anteriores invertir en asientos de lujo para unos cuantos socios y como el dinero no es suficiente, otros se tienen que conformar con ir en asientos que tienen remiendos y muelles fuera de sitio, confiando en las promesas de inversiones futuras que irán destinadas a ellos.

Los primeros autobuses de los 17 de los que cuenta la caravana, avanzan a buen ritmo. Tanto es así que alguno de ellos propone abandonar el grupo y seguir camino por su cuenta, avanzando más deprisa. Esto ha dividido a los propios socios dentro del bus, también ha hecho que el resto de la comitiva se enfurezca con ellos, sobretodo porque ese vehículo ha sido comprado con el abono de cuotas de todos.

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En un momento dado, una niebla espesa hace acto de presencia y el presidente, que viaja en el primer bus, obliga a dar un volantazo al chofer que hace que se salgan de la carretera principal. Consciente del error, lo oculta y lo justifica alegando que este nuevo camino es el apropiado. Esta jugada hace que varios autobuses tengan pinchazos en las ruedas, algunos socios, muchos, hayan tenido que parar y otros muchos se han perdido ante la polvareda levantada y los imprevistos del camino.

                 Continuará.

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Imágenes: pixabay.com

¡Mandatareas!

 

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Me decía un amigo y compañero hace no mucho que nos habíamos convertido en unos mandatareas, y desde entonces no paro de darle vueltas a la cosa. Es verdad, muchos de nosotros, (disculpen la generalización) hablo de infantil, primaria y secundaria, no está trabajando dentro de un orden o una programación que defina criterios de evaluación ni objetivos, ni lo más importante, una secuencia de trabajo preestablecida. Estamos repasando y volviendo a repasar, tal y como se nos ha sugerido en las «penúltimas» instrucciones recibidas de nuestra Consejería de Educación y Deporte, y hace tiempo que repasar sobrepasó los recursos del libro de texto, que se ha demostrado muy poco útil en este periodo de confinamiento, lo que ha hecho que hasta el más acérrimo defensor de seguir el manual, haya tenido que buscar en otros repositorios.

Creo que es evidente que aunque existen versiones digitales de los libros, se han quedado cortas y la mayoría de la gente está ahora buscando otras propuestas en la red. Nos hemos vuelto buscadores de fichas, hemos buceado en la infinidad de recursos (pdf, presentaciones, vídeos…)  que existen para poder abastecer a nuestro alumnado de material, con el que poder garantizar el trabajo dentro de lo que siempre se ha considerado trabajo de clase, que además es el que demanda un gran número de familias. Nunca actiludis ni orientaciónandujar han tenido tantas visitas, ni los bancos de recursos que se hicieron hace ya unos años, han tenido un protagonismo tan intenso como lo tienen ahora, incluso algunas webs han abierto de nuevo por la demanda existente y muchos se están lanzando a generar nuevas actividades en multitud de plataformas,  herramientas de autor y generadores que se han hecho más presentes que nunca. Estamos «redescubriendo» la escuela TIC 2.0 de hace más de una década. Por cierto, qué bien nos hubiera ido si las administraciones hubieran mantenido aquella propuesta y la hubieran enriquecido. No estaríamos ahora donde estamos, echando en falta una guía en cuanto a la competencia digital de docentes y alumnado y no habría sitio para la escasez de máquinas con las que acceder a estos recursos por parte del alumnado.

Algunos centros teletrabajan con plataformas para poder tener contacto con sus alumnos, otros, tienen al profesorado haciendo la guerra por su cuenta ya que la coordinación intranivel y ya no digamos interciclos, es inexistente,  y unos pocos han desarrollado blogs de aula, webs y métodos más o menos fiables para hacer llegar estas tareas a todos. Siempre, casi siempre, esto se hace bajo la idea de seguir un esquema tradicional de trabajo que consiste en mandar tareas, normalmente en papel, para que nos las devuelvan de alguna forma y corregirlas posteriormente para poder tener evidencias del trabajo y así poder evaluar el tercer trimestre.

Entiendo que tampoco es el momento de innovar, pretender hacer algo distinto a lo que se venía haciendo en clase en un momento de desasosiego tan grande,  hubiera sido otro error en el caos inicial que sobrevino tras el principio del confinamiento. Compañeros y compañeras docentes han intentado hacer la revolución didáctica aprovechando el momento, sin pensar en la formación del alumnado en la realización de tareas ni de las familias que han soportado un peso excesivo entre limitaciones de materiales,  las necesidades de impresión, compartir horarios de trabajo y deberes escolares…

Existe también una minoría de docentes, tocados con la varita divina y elegidos como modelos a seguir, que apuestan por cosas como lo de que nuestros alumnos necesitan una llamada y no tareas, y ocurrencias por el estilo. Anda que si después de dos meses de confinamiento lo que haces es llamar a tus alumnos… ¡Vaya crack!

¡No mandes fichas!, ¡no enlaces un JClic!, no seas antiguo. (Ahora se usa genially, que es más interactivo…)

De verdad que me gustaría ver el resultado de estos avanzados a su tiempo que nunca mandan tareas tradicionales porque eso es de maestro «carca» y ya no estamos en el siglo XIX. ¿Esta gente no trabaja los problemas? ¿No hace comprensión lectora? y lo más importante, ¿no lo hace de manera sistemática?

Bueno, a lo que iba… que tampoco podemos caer en eso. Que ni lo uno ni lo otro. Creo que deberíamos trazar un plan de trabajo y si acudimos a un video de las fracciones es porque tenemos claro que ese vídeo va a ayudar a nuestro alumnado a resolver situaciones que implican el uso de fracciones. Es decir, no se trata de que enviemos a nuestros chicos una ficha sobre sinónimos y antónimos hoy y mañana lo hagamos sobre los gentilicios, se trata de que lo que enviemos, tenga sentido en un entorno y sea parte de una tarea planificada que nos lleve a un producto final que podamos evaluar. El trabajo en bloques de contenidos debe tener un fin.

Tenemos que dejar de ir como pollos sin cabeza, yo el primero, tenemos que avanzar en la educación digital y proponer unidades didácticas que necesiten de la tecnología, tenemos que dar el salto y plantear el uso de las aplicaciones cuando verdaderamente sean necesarias. No intentemos rellenar el tiempo de nuestro alumnado con cuadernillos y cuadernillos de actividades que tienen poco de motivador y nada de competencial ni tampoco atiborrarles de apps ni recursos online aislados que por desgracia, y según me cuentan y se percibe, es lo que estamos haciendo.

Cuando todo pase, si es que pasa algún día, deberíamos estar en disposición de poder seguir secuencias didácticas con un fuerte componente en el uso de la tecnología, como es propio del tiempo en que vivimos, que puedan desarrollarse tanto a nivel presencial como a distancia (es lo que nos viene) y estar preparados para poder dar la atención necesaria de manera individualizada siguiendo los principios del DUA. Los centros deberían contar con recursos para los que lo necesiten y salvar el obstáculo de la brecha digital. Los docentes deberíamos tener claros unos criterios de evaluación personalizada en base a productos y tareas competenciales, favoreciendo la inclusión y la atención a la diversidad, pero visto el ritmo de trabajo actual y lo que estamos haciendo, me temo que no será así, tampoco esta vez.

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Imagen de cabecera cedida por la autora. Ver uso y licencia.