Ahora mismo…
Esto de convertirnos en «teleprofes» de pronto nos ha cogido por sorpresa como colectivo, y mira que veníamos gastando esfuerzos y tiempo en la formación docente para que se fuesen aplicando las TIC-TAC en las dinámicas de clase de manera ordinaria, pero no, en esta ocasión se vuelve a hacer verdad eso de que «la necesidad obliga» y nos hemos visto de un día para otro preparando tareas, elaborando tutoriales para nuestros pupilos y seleccionando contenidos que les hemos tenido que hacer llegar a las familias.
¿Qué constatamos?
En estos días hemos podido confirmar que la educación no es enviar un listado interminable de fichas o cuadernillos, ni tampoco la sucesión de vídeos de youtube y que una formación a distancia solo es posible si el alumnado tiene ya una cultura digital y una formación previa que nuestros alumnos no tienen y para la que el profesorado ordinario no está preparado en líneas generales.
Mucho tenemos que reflexionar sobre esta situación, y espero que se abra un debate intenso sobre la capacidad del docente para incorporar estas tecnologías y de lo más importante, de la metodología, sin olvidar las diferencias de clases, la brecha digital que se abre entre alumnado de un sector u otro de la población y la necesidad de contar con una educación pública de calidad, de la inversión adecuada para que iguale en oportunidades a todos, superando el tema de conciertos con entidades privadas que ven en la educación un negocio en vez de un servicio social.
La más afectada de las ideas sobre las que se basa un sistema educativo y la más lastimada de las propuestas organizativas en esta situación es la atención a la diversidad. Se evidencia la dificultad de hacer una atención individualizada y un seguimiento específico sobretodo a los casos mas complicados. Recetamos, por regla general, tareas para todos, recetamos actividades de la página tal, del libro de texto correspondiente, (eso si, en su versión online) al más puro estilo tradicional porque no sabemos ofrecer una respuesta diversa y mucho menos hacerlo de manera digital.
Ahora estamos inmersos en un nuevo planteamiento en lo que respecta a la AD, hemos descubierto el Diseño Universal del Aprendizaje, concepto que como tantos otros no viene directamente del ámbito educativo, sino del mundo de la arquitectura, como remedio a esta heterogénea población escolar que atendemos en las aulas de infantil, primaria y secundaria de los colegios e institutos públicos y que choca frontalmente con la teleformación a la que nos hemos visto abocados por nuestra inexperiencia en el tratamiento digital de la atención a la diversidad. Por desgracia, este planteamiento es totalmente desconocido por la mayoría de docentes, aunque si he de ser sincero, no creo que vaya a ayudar significativamente en el gran reto educativo que es la organización de la respuesta educativa al alumnado NEAE, tras la experiencia acumulada sobre adaptaciones curriculares, más bien la considero una propuesta que no puede abarcar todos los modelos de aprendizaje y que como tal, constituye un buen intento, pero no la solución.
¿Qué puedo hacer en estos momentos para ayudar a mi alumnado?
Yo creo que nos equivocamos si, por lo menos en primaria, queremos avanzar contenidos y aprendizajes. No tenemos algo fundamental, que es la retroalimentación, ni tampoco podemos experimentar con ello, es tiempo de repasar, de ofrecer contextos de trabajo conocidos por el alumnado que les permitan reforzar lo aprendido, repensar las cosas que ya hemos trabajado para que en el caso de que esto termine más o menos pronto, podamos avanzar con rapidez y seguros de que no hay lagunas o al menos estas, son las menos. Es un tiempo precioso para dedicarlo a dibujar, a hacer plástica, a ejercitarse y tomar hábitos saludables, programar horarios, tocar un instrumento, construir, leer y contar, resolver problemas y hacer ejercicios o actividades que faciliten el entrenamiento necesario para poder hacer tareas algo más complejas a posteriori.
¿Qué se propone?
Espero que la administración educativa entienda que el currículo debe organizarse de otra forma, que los centros educativos deben orientarse a la individualización del aprendizaje con clases o grupos intranivel en la que los estudiantes desarrollen sus capacidades de acuerdo con una propuesta de formación personalizada mediante el itinerario que mejor se amolde a sus motivaciones, capacidades y potencialidades. Ese itinerario debe ser diferenciado, flexible en sus tiempos de desarrollo y cambiante según etapas personales. Ese itinerario debe permitir ir alcanzando etapas de formación de manera personalizada, huyendo de estándares por edad o centro educativo y ese itinerario debe contar con componentes analógicos y digitales que permitan superar periodos de hospitalización y/o aislamiento.